Hipotermia

La hipotermia es un descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35 ºC provocado por una exposición excesiva a las bajas temperaturas.
Si la temperatura corporal desciende por debajo de los 33 ºC la hipotermia es grave y puede provocar la pérdida de conocimiento y la muerte.
El viento fuerte, las ropas mojadas o la inmersión en el agua pueden agravar los efectos del frío. También la mala alimentación, el agotamiento, la extrema delgadez, el estrés y la ansiedad o el uso de una ropa poco adecuada pueden ayudar a la aparición de la hipotermia.
Sus síntomas varían en función de la gravedad y en ocasiones puede ser difícil de diagnosticar, por lo que, si vamos en grupo, debemos prestar atención unos a otros para detectar posibles síntomas.
La hipotermia puede sobrevenir rápidamente o irse desarrollando a lo largo de horas y no mostrar al principio anomalías en el pulso, respiración y presión sanguínea del afectado.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes son cambios súbitos de humor y energía, falta de concentración y lentitud en las respuestas, pérdida de coordinación con tropiezos y caídas, temblores, palidez, pérdida de agilidad en las extremidades.
El tratamiento consiste en proteger al paciente de nuevas pérdidas de calor introduciéndole en un refugio que lo proteja del viento y la lluvia.
Hay que aislarlo también de la frialdad del suelo y ponerle ropa seca si es necesario.
Se le proporcionará calor, bien por medio de una hoguera, bien calor corporal de sus compañeros, cubrirlo con mantas o mantas térmicas.
Administrarle comida y líquidos calientes, pero no alcohol, té u otros diuréticos.
Si la hipotermia leve no se trata puede derivar en una hipotermia grave con pérdida de consciencia. Se hace necesaria la evacuación inmediata a un hospital.
Si no podemos o mientras no llega la ayuda envolveremos al paciente en mantas y capas impermeables y aplicaremos calor con, por ejemplo, piedras calentadas en la hoguera y envueltas en telas, en los siguientes lugares: axilas, muñecas, nuca, zona lumbar, boca del estómago y muslos.
Hay que mantener al paciente en posición los más horizontal posible, y si hay que moverlo se hará con sumo cuidado.
En casos extremos puede hacerse necesario a resucitación cardiopulmonar (CPR).